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 Anoche el Anfiteatro del Sambil bailó al ritmo de la música urbana. El cartel de artistas incluyó a los colombianos J Balvin y Alkilados y al criollo Arán de las Casas. Así, el recinto se transformó en una discoteca.

Aunque estaba pautado para las 8 pm, inició a las 7:30 pm, con Arán de las Casas, quien dedicó su participación a su mamá. "Que en paz descanses donde estés", dijo antes de dejar la tarima.

La previsión horaria parecía responder a la presencia de la Policía de Chacao, que desde el pasado concierto de La Oreja de Van Gogh amenaza con terminar las presentaciones a la hora establecida en la ley.
A las 8:30 pm, llegó Alkilados, que también formará parte del Festival Suena Caracas. El vocalista recurrió a su carisma para hacer gritar a las "mamacitas" e interactuó con el público. Hasta se bajó de la tarima para saludar a las fans.

El colombiano destacó su relación con Venezuela, donde vivió por cuatro años. "Una bulla para el talento venezolano", agregó al recordar distintas bandas criollas.

El tema Monalisa sirvió para abrir y repetir al final de la intervención. "Uno siempre que tiene un día inolvidable tiene que tomar una foto". Así, Alkilados se despidió con una selfie.

Luego, a las 9:30 pm, fue el turno de J. Balvin. El escándalo fue increíble. Vestido de negro con chaqueta y gorra roja, el reguetonero cantó sus temas más populares.

La improvisación formó buena parte del show. Balvin aprovechó para piropear a mujeres del público y mencionar a distintos artistas venezolanos como Victor Drija, Chino y Nacho y Oscar D'León.
Las fanáticas respondieron no sólo con aplausos, sino hasta con prendas de ropa interior que fueron arrojadas a la tarima. Balvin devolvió el gesto grabando un vídeo un el celular de una chica del público.
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No me quiero ir", decía. "Yo por ahí vi al Alcalde (Ramón Muchacho) y creo que nos va a dar hasta las 6 de la mañana", agregó luego. Su deseo, sin embargo, no llegó a hacerse realidad.